Lo que os voy a contar seguro que os pasa a muchos padres. Mi hija mayor ( si se puede decir mayor a una niña de 4 años) tiene afortunadamente muchos amiguitos. La mayoría son niños estupendos y con unos padres, como cualquiera de vosotros, preocupados por la educación de sus hijos. Se preocupan en el parque de que el niño no se caiga, no pegue a otro, no le quita la pala al de al lado, o que se yo, lo de todos los días. Pero la mejor amiga de mi hija es una niña bastante mal educada, contestona, caprichosa, desobediente. Hace siempre exactamente aquello que no queremos y que no dejamos hacer a nuestra hija. Hasta aquí no hay problema, más allá del que tiene esta niña y uno padres despreocupados de sus hijos.
El problema para nosotros comienza cuando cada vez que mi hija está con esta niña comienza a portarse, sino mal, por lo menos regular. Y aquí surge el problema: como decir no cuando otros dicen si. Las tardes que coincidimos con ella en el parque ( digo con ella porque aunque los padres estén en el parque es como si no estuvieran), me las paso regañando y diciendo a todo que no. Siempre nos pregunta: ¿ pero porque no puedo hacer esto si ella si lo hace y sus padres no le regañan?. Supongo que todos conocemos niños más o menos traviesos ( mis hijas también lo son), pero lo de esta niña no es travesura sino estado salvaje.
Esto no le pasa solo a mi hija, sino casi todos los niños van siempre detrás de esta niña. No se si es capacidad de liderazgo o que el mal y lo prohibido atrae, pero lo cierto es que cada vez que aparece por el parque se lleva detrás a todos lo niños. Mi mujer y yo nos ponemos de mal humor porque sabemos que tendremos que regañar, castigar, explicar, argumentar en cada ocurrencia de la niña.
La cuestión es que ahora mi hija solo tiene 4 años. Pero, ¿ cuando tenga 14, 15 , 16... años y se relaciones con "amiguitas" de este tipo?. Cuando ves las reacciones de los niños ante otros, te das cuenta de la importancia que tienen los amigos en la educación de nuestros hijos, y que no solo hay que estar atento a los nuestros sino también a la influencia que les produce el comportamiento de otros.
Por eso, desde pequeños, educación e ideas claras. El consuelo es que de igual manera que pueden relacionar con personas "peligrosas", también pueden hacerlo con personas estupendas que supongan un estimulo para el buen comportamiento. Con lo que lo mejor es que nuestros hijos tengan muchisimos amigos, de tal forma que así siempre tendrán más posibilidades de dar con buena gente.
Por mucho que nos cueste nosotros debemos seguir diciendo que no aunque sean muchos los que digan que sí. No hay que caer es la laxitud de algunas cosas porque ya casi se acepte todo. A mi que más me da lo que hagan los demás, yo sé lo que tengo que hacer con mis hijas.
Pues lo dicho, a decir que si aunque los demás digan que no, o a decir que no aunque los demás digan que si. La cuestión está en saber lo que hay decir. y ¿ a que tú lo sabes?. A por ello¡¡¡